Tito Berry & Cia. retrata la vida del pastor Tito por medio de su obtención de las fotos y los documentos posibles,  por los que rescata personas ilustres que son o fueron parte de su historia, testacandolas en lo posible. No siempre reconocerlo sirve, porque hay personas que no saben dejarse amar, por lo que puede acontecer que alguno de los posteados y comentados aquí no endose mis reconocimientos, pero como es la verdad, nadie me podrá reducir. En todo, seja Dios alhado veraz!

Soy Tito Berry...

Mi primer pastor (6 a 9 años de edad aproximadamente), Juan de Cuadra, un brasileño misionero en Argentina; también primer pastor de la primera Iglesia Asamblea de Dios en la provincia de Corrientes, en mi ciudad natal, Santo Tomé. 

4º de pie de Izquierda a Derecha, José Juvenal, mi tio, el primer pastor autóctono de la primera Iglesia Asamblea de Dios iniciada en la casa de otro tío, en Santo Tomé. 1º de la Derecha, sentado, Benigno Ferreira, el pastor que me bautizó y pasadas algunas décadas me reconoció públicamente apóstol del Señor., y de su lado, Juan de Cuadra. 

Cuando formábamos la Banda "Los Aranda". Yo de pie con la flauta alado de Adela y Nina las cantantes, y nuestro padre guiando con su ingenioso violin. Sentados: Mamá, María Elena, Luis, y más abajo Raúl y Chabela. 

Cumpleaños de Nina. Yo con 17 años, el más alto  de la foto, año 1969

Familia Aranda completa: De pie: José Carlos (Já con el Señor), Maria Elena, Silvestre Mario, Ricardo (Já con el Señor), Eloy. Sentados: Mamá, Papá con Raul y Chabela. De rodillas (es mejor) Yo Tito, Luis y Adela. 

Ausentes José Carlos y Eloy. En la foto, año 1970, Ricardo, Adela, Maria Elena, Nina, yo (Tito) atrás, Luis, Raúl, Mario, mamá, papá y Chabela que le pintaron para que no se la vea allende su minifalda.  

Haciendo de guía turístico año 1971 para con Luis, mi hermano y el entonces pastor Jorge Sotelo de la Iglesia en Santo Tomé. 

Cena de  recepción en Santo Tomé cuando recién salí del seminário en el año 1973. Edad: 21 años. Se me ve a la izquierda, después del primero, mi hermano mayor José Carlos, y alado yo. 

Izquierda: Pastor Emilio Cesar Kohn, hoy apóstol, fue misionero en España y quien me impulsó a venir a Brasil a la Obra missionera junto con la Iglesia Bautista Filadelfia (CBN) en 1980, trayéndonos y presentándonos personalmente. 
Derecha: 6º y 7º de Derecha a Izquierda el matrimonio Miguel Angel Pujol y Margarita Palau (hermana de Luis y cuñada de Juan Carlos Ortiz), mis primeros pastores en la Renovación Espiritual y Seminário. Ambos me guiaron, apoyaron y propulsaron mucho en el camino de victoria en victoria, con marcas de virtudes santas de sus vidas en mi personalidad hoy ya establecida y ampliada. Cuanto a mí, nunca dejarán de ser mis amados y respetados compañeros de milicia cristiana. 
Fueron los fundamentos para que hoy viva hasta mi encuentro con el Señor en la visión de unidad de la iglesia, de santidad y amor, de familia cristiana y misionera en cualquier lugar y circunstancia. 

10-01-11 Sede IEQ en Londrina, Paraná. 

Recorrí casi todas las IEQ de Santa Catalina, de manos del Rvdo. Cecilio de Faria, y fui el único no cuadrangular a ocupar una de las sillas en plataforma con el Gobernador Esperidião Amin, el Presidente de la IEQ, Diputado Narciso Parissotto, y todos los principales (IEQ) líderes del país, y ahora en Londrina, la vez que me admitieron ministrar. 

Mi mejor pastor entre 1969-75, Juan Carlos Ortiz. Ni Calvino, Ni Arminio ni Nee, ni Lee, ni Spurgeon influyeron en mi vida tanto como este teólogo reformador practico, que enseña con la vida, hasta hoy. Año 2015.

Fotos de diversos lugares e iglesias

donde se me ve ministrando la Palabra... 

APÓSTOL RAÚL ÁVILA DE VENEZUELA, RVDO. CECILIO DE FARIA (IEQ), DE FLORIANÓPOLIS, E DOS APÓSTOLES, UNO DE BRASIL Y EL OTRO DE ARGENTINA. TODOS FUERON PARTE DE MIS PRIMEROS AÑOS EN EL APOSTOLADO. LES SOY ENORMEMENTE AGRADECIDO!

Abajo siguen fotos ministeriales en Argentina y en brasil...

Testimonio Autobiográfico

Soy TITO BERRY. Con este tecnónimo fui registrado en la SADE (Sociedad Argentina de Escritores) y en la ANP (Academia Nacional de Periodistas): Tito, mi sobrenombre de siempre y Berry del apellido de mi madre.
Al nacer, fui registrado como Justo Jorge Aranda. Fui destinado al ministério pastoral revelado a mi  madre antes de nacer, y en el año 1970 me despegué de mis padres, con 18 años para ir al seminario teológico. En el 73, já con 21 años salí de allí para cuidar de dos iglesias, una en Santo Tomé, Ctes., mi patria  chica, y otra en Alvear en la misma provincia.
A partir de entonces no paré. Fui con la familia varias veces a Brasil como misionero desde el año 1980, misioné en varios países de América Latina, pero finalmente más me dediqué a Argentina y Brasil. 
En Buenos Aires seguí el Bachillerato Teológico, luego alcancé un Mestrado, y en Brasil el Doctorado en Ciencias de la Religión.
También me formé Gestor en Pró-Socialidad, Juez Arbitral, y cursé Tanatologia y Mediación en Brasil, donde además, cursé Sociologia.
Inicié en mi casa lo que hoy es la mayor iglesia cristiana en mi ciudad natal. Fui parte en llevar al ministério pastoral a varios, en Brasil y Argentina, incluso a dos de mis hermanos, y en Alvear, Mendoza, el pastor Pablo Yunes fue el primero en reconocer mi apostolado, sin antes conocerme, en el año 2001, luego un grupo de 17 iglesias y pastores hicieron lo mismo en Argentina y el Apóstol Pablo Robledo Mendieta de Madrid, con motivo de visitar Brasil, hizo lo propio, con entrega pública de un diploma y autorización a representarlo en América Latina, en la ciudad de Curitiba, y  desde entonces, examinando día y noche, con oración y por años la Palabra de Dios, no me quedaron dudas respecto a mi llamado, ungimiento y designación divina, que venía desde mi llamado pastoral anterior a mi existencia humana.
Siguió por décadas de fidelidad a Dios y en su Palabra, y se confirmó por una constante conducta ministerial desde el año 1973, y como predicador desde el año 1963, cuando comencé a servir con la Palabra a  mis once años, y por mi inalterada permanencia en la Palabra, el Espírito, una vida entera en consagración, misión y visión, y las incontables obras que Dios no permitió que registrase (la mayor parte) en fotos, pero que en breve en libros específicos autorizados por Dios serán relatadas, y los mencionados allí tendrán la oportunidad de confirmarlo, ciertamente.    

Mantengo un documentario casi infinito de pruebas internas y externas del apostolado de Dios en mi vida, que libros, videos, servicio y ministraciones diversas no alcanzarán para dejarlo en exposición libre y pública, pero que entonces, y siguiendo la guía del Espíritu, me preparo para dejar impresa mi personal obra prima teológica que podrá llevar a nuestras generaciones, y las futuras, a un cuestionamiento y aprendizaje bíblico bajo la luz de Dios nunca antes reflejada en ninguna otra época y en ningún teólogo de renombre. El secreto que me lleva a afirmar esto, por sí mismo devuelve a Dios toda la gloria. Es que Él me dió la capacidad de juzgar TODO desde el TODO, y no desde LA PARTE (la denominación, la doctrina particular). En cuanto de mí dependa, vivo y viviré para compartir esto gastando todo el sustento y la prosperidad que el Señor me envía a diario por manos santas de mujeres y hombres de Dios, y gastándome hasta encontrarme con Él, despreocupado siempre por reconocimientos y recompensas.
Dichoso el siervo de Dios que no se guía por la apariencia, ni juzga por la popularidad y el poder económico, y tenga la humildad de  creer y aceptar que por una pasantía de este servidor en su "iglesia", sem  precio ni demandas, este apostolado llevará al ministerio y la congregación a una vida, dinamismo y genuinidad nunca imaginada, porque estarán delante de una masa y un panificador sin levaduras, y con água viva y materia prima auténtica y viva que procede de la misma vida de Dios.  

Gracia, misericordia y paz de Dios nos sean multiplicadas.

Esto representa el 1% o menos, de todo cuanto experimenté de  Dios y en Dios durante mis 52 años de predicador de Cristo y su iglesia

¿SABES QUE HABLAN DE MÍ, CUANDO HABLAN DE BOCA LLENA Y VACÍO EL CORAZÓN?


Que soy envidioso del éxito ajeno:

Mi respuesta: Entienden éxito como lo entiende la gente sin Dios; igualito. Que sean felices en su entendimiento. No soy aguafiestas. Y si me invitan, festejo junto, mas nunca dejaré de predicar Mateo 4. 1-11 para ejemplificar mi modelo de éxito.


Que soy un fracasado:

Mi respuesta: Si mi meta hubiera sido tan mediocre así, como tener cosas y no ser alguien que Dios cuente con él y se agrade de él, tendrían razón, pero mi meta es otra. Comienzo a llegar ahora, desde mis 60 años, mientras ellos se consideran victoriosos con 30, 40 años, y me descalifican como vencedor, porque desconocen mi meta final. Vivo absolutamente para Él. En mi vida todo es para Cristo, por tanto, no tengo otra manera de  llegar a Él sino desnudo y despojado de todo lo que para muchos es trofeo de lucha y trabajo, por lo que me acusan, porque para ellos que están en el ápice del éxito, servir no conviene, pero para mí, el vivir es servir, y el servir es Cristo enteramente.


Que soy amargado:

Mi respuesta: Desconozco otra clase de feliz, puesto que nunca tuve salario o sueldo alguno, nunca una empresa propia me mantuvo ni patrocinadores me sostuvieron, sin embargo, criamos e educamos tres hijos ya hombres, y aún les socorro muchas veces. Paseo cuando quiero y adonde me place. Duermo las horas y los días que quiero. Recibo visitas y las retengo hasta que deben irse, porque por mí, no se irían más. Como y bebo lo que quiero, hago gimnasia y me cuido y limito porque quiero, no por alguna imposición, moralidad o religiosidad. Disfruto de mis nietitos, mis familiares y amigos. Compro o recibo de regalo a cualquier momento todo lo que deseo o necesite. Estudio y trabajo hasta 16 horas por día, sin jamás haber recibido algún subsidio del Gobierno, pero me siento un eterno feliz y un permanente útil y servicial como los amigos lo saben y los hijos lo viven.  Y no debo nada a nadie, sino amor, lo que constantemente practico en la gracia y la paz de Dios; y a los que me debían ya los perdoné. Si esto es ser amargado, es porque no sabría ser agradecido y no es Dios que me cuida sino el Diablo que me estaría engañando. Pero eso sólo le puede acontecer a quienes sirven a dos señores, no a mí que sirvo sólo a Jesús.    


Conclusión:

Mejor que sepan que sé lo que hablan de mí los auto-justificados, y no lo que la mayoría dice de mí justa y acertadamente, porque les podría aguar su fiesta…


Tito Berry